Al menos 79 muertos en el accidente de tren de Santiago
Galicia amanece hoy de luto en su día grande tras fallecer ayer 79 personas y resultar heridas más de un centenar -entre 10 y 20 se encuentran en estado grave- al descarrilar a pocos kilómetros de Santiago el tren Alvia que cubre la ruta entre Madrid y Ferrol y en el que viajaban 220 pasajeros. Adif abrió ya una investigación para esclarecer las causas del siniestro. Se trata del primer accidente mortal en una línea de alta velocidad.
El delegado del Gobierno en Galicia, Samuel Juárez, aclaró no que se
descarta ninguna hipótesis pero que "no hay indicios de que haya sido
una causa externa" en alusión a la posibilidad de que
hubiese sido un atentado coincidiendo con el Día de Galicia. Las
primeras hipótesis apuntan que el accidente pudo deberse a un exceso de
velocidad.
A última hora de ayer aún estaban identificando los cadáveres y aún
no se había podido acceder a tres de los vagones que quedaron totalmente
destrozados, lo que podría incrementar la cifra
inicial de muertos. Un total de 111 heridos, sin embargo, ya habían
sido identificados de madrugada aunque todavía se desconoce el nombre de
entre 15 y 20 que, por estar inconscientes o no llevar
documentación encima, seguían sin conocerse su identidad.
Los cadáveres se trasladaron al pabellón Multiusos do Sar en
Santiago, mientras que se habilitó en San Lázaro otro punto de
información para atender a los familiares de las víctimas y prestarles
atención psicológica.
El Alvia, de trece vagones, descarriló en una curva a solo 4
kilómetros de Santiago, en la parroquia de Angrois. El tren se partió en
tres y uno de los vagones saltó por el aire diez metros e
incluso superó el talud que separa las vías del tren impactando
contra un palco de la música. La cola del tren quedó totalmente
destrozada. El último convoy del tren montó por encima de otro y la
maquina de cabeza terminó ardiendo. "Fue un descarrilamiento muy
grave y muy violento", describió el delegado del Gobierno, Samuel
Juárez.
Tras el accidente se desplegaron en la zona efectivos de la Policía
Nacional -se movilizaron en la zona unos 320 agentes-, además de
miembros de Protección Civil y servicios sanitarios. Desde el
112 se movilizaron bomberos de Santiago, Boiro, Ordes, Arzúa, Santa
Comba y Deza. También acudieron agrupaciones de voluntarios de
Protección civil de A Estrada, Teo y Padrón. En la zona se
instaló un puesto de mando avanzado de la Policía Autonómica. Además
numerosos profesionales sanitarios que se encontraban fuera de su
horario laboral en la ciudad o en localidades próximas
acudieron al lugar del siniestro para prestar su ayuda así como al
Hospital Clínico de Santiago.
Los propios vecinos de la parroquia compostelana ayudaron en las
tareas de rescate, muchos llevaron mantas y se prestaron a trasladar en
sus propios vehículos a los heridos al hospital.
A última hora de ayer los efectivos aún trabajaban en la
excarcelación de los pasajeros del tren siniestrado. Una grúa gigante se
trasladó al lugar del siniestro para mover los restos de los
vagones, entre los que se encuentran todavía personas atrapadas.
En el lugar del siniestro se personaron múltiples autoridades, desde
el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, el líder del Bloque,
Francisco Jorquera, el secretario xeral del PSdeG,
Manuel Pachi Vázquez, la ministra de Fomento, Ana Pastor, así como
el delegado del Gobierno, entre otros. El Rey llamó también por teléfono
al jefe del Ejecutivo gallego para interesarse por el
siniestro.
Tras atender a evacuar a los heridos y trasladarlos al hospital, la
prioridad era identificar los cadáveres. Muchos familiares aún
desconocían ayer si alguno de sus parientes se encontraba entre
las víctimas del siniestro, el peor de la historia en Galicia y el
más grave del mundo este año.
Para proceder a la identificación, según explicó el presidente del
Tribunal Superior de Xustiza, Miguel Ángel Cadenas, se han movilizado
todos los medios judiciales: hay un juez de guardia,
jueces de apoyo y secretarios. Un equipo de seis especialistas de la
Policía Científica de Madrid llegó ya a Santiago de Compostela para
colaborar en las tareas de identificación.
En el edificio Cersia que la Xunta habilitó para atender a los
familiares se preparaba un listado para recabar los datos de posibles
víctimas con el fin de facilitar las labores de
identificación.
Según informó el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, a
última hora la cifra de víctimas era de más de 60 personas y un centenar
de heridos, de los cuales entre 10 y 20 se encuentran en
estado de extrema gravedad. Otras 111 están heridos pero fuera de
peligro. Algunos de los pasajeros salieron ilesos o con apenas unas
magulladuras. Tres de ellos, por ejemplo, pudieron salir del
convoy por su propio pie y marcharse a sus casas.
Camiones laboratorio de la Policía Nacional se dirigían a última
hora de ayer a la zona del accidente para colaborar en los análisis.
Aunque todavía se está inspeccionando la zona, la hipótesis
más probable apunta a un exceso de velocidad. El secretario xeral
del PSdeG, Pachi Vázquez, informó ayer desde el lugar del accidente que,
según le habían informado fuentes oficiales el tren
circulaba a 200 kilómetros por hora en una zona donde debería
haberlo hecho a 80 kilómetros por hora. Aún así Renfe advierte que hasta
que puedan ver los registros de la caja negra no podrán
confirmar las causas del accidente.
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